MEXICO Y LA LECTURA




En fecha reciente (2006),  fueron presentados los resultados de la Encuesta Nacional de Lectura (ENL) a cargo del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes.
Esta encuesta constituye un valioso instrumento para conocer qué, cuánto y dónde leemos los mexicanos, los factores que estimulan o inhiben esta práctica, y las motivaciones que nos impulsan a acercarnos a los variados materiales de lectura.
  •  Todos sabemos que la lectura es un hábito imprescindible. La adquisición de conocimiento se produce principalmente por esta ví­a. Además, la lectura contribuye a estimular la creatividad e imaginación de las personas; a fortalecer sus capacidades de expresión, comunicación y comprensión; y a desarrollar las competencias que se requieren para participar efectivamente en la sociedad de la información y la cultura escrita.

A pesar de su importancia, los mexicanos todaví­a nos mantenemos indiferentes ante la lectura e incluso -como decí­a Octavio Paz- para la gran mayorí­a "leer es una excentricidad".

  • La ENL indica que cerca de 49 millones de mexicanos (61% de la población de 12 años o más) leyeron, además de otros materiales, al menos un libro en el último año. De ese total, la mitad declaró haber leí­do tres libros o más. No deja de sorprender que sólo 3 millones y medio de mexicanos, principalmente jóvenes, leyeron más de 10 libros en el último año. La distribución resultante arroja un promedio anual de 2.9 libros leí­dos por persona. Esta cifra no es nada alentadora si se compara con la de Noruega (18 libros), Alemania (15), Portugal (8.5) o España (7.7).

  • Además de la baja frecuencia de lectura, una proporción considerable de los mexicanos ha desarrollado capacidades limitadas para leer, lo que configura un cí­rculo vicioso difí­cil de romper. De acuerdo con sus propias percepciones, alrededor de 39 millones de personas (casi la mitad de la población de 12 años o más) sólo entiende algo, poco o simplemente nada de lo que lee.

  • Quizá por eso la gran mayorí­a de los mexicanos ve en la lectura un acto obligado y no una experiencia placentera. De hecho, únicamente 16% lee por gusto, placer o entretenimiento, en contraste con 91% en Portugal (según datos de Richard Uribe). No hay duda de que mientras los mexicanos sigamos acudiendo a la lectura por obligación, ningún esfuerzo por mejorar en este renglón tendrá éxito. Estos mismos datos ayudan a explicar por qué casi la mitad de quienes reportaron haber leí­do al menos un libro no pudo o no quiso identificar su tí­tulo favorito.
A lo anterior se suman otros obstáculos económicos y sociales que impiden avanzar hacia la conformación de un paí­s de lectores. No hay duda que el rezago educativo, la pobreza y la desigualdad conspiran en contra de la promoción de la lectura. El número promedio anual de libros leí­dos por persona va desde 0.9 libros entre aquellos sin escolaridad, hasta 5.1 libros entre quienes tienen educación universitaria. Las diferencias son mayores por nivel socioeconómico: de 1.5 libros en la base de la pirámide social hasta 7.2 libros en su cúspide.

  • Desde el punto de vista regional, sólo la región noroeste y el Distrito Federal registran í­ndices que están por arriba de la media nacional (3.6 y 5.5 libros, respectivamente). Esto se relaciona -en adición a los factores anteriores- con la ausencia de librerí­as en la casi totalidad (94%) de los municipios del paí­s, la enorme concentración geográfica de las existentes (cuatro de cada 10 se localiza en la ciudad de México) y la elevada proporción de la población de todas las regiones (excepto en el Distrito Federal) que reconoce jamás haber ido a una biblioteca.
Decí­a Jorge Luis Borges que de los diversos instrumentos creados por el hombre, el más asombroso es el libro, porque éste es "una extensión de la memoria y de la imaginación".

Por eso la lectura no puede ni debe ser un asunto exclusivo de ilustrados. México tiene mucho por hacer para hacer efectivo el derecho de la población a la lectura, incluida la revisión en el Congreso de instrumentos como la Ley de Fomento para la Lectura y el Libro.